23 may 2018

Ansiedad a ritmo de Beat

La única forma que encuentro de calmarme, la única forma de encontrar un estado en el que sea sólo paz, escribir al ritmo del latido de mi alma, despojando a la realidad de su tejido, odiando, amando, deseando y aspirando, no sólo a enrollar un billete morado, no sólo a sentir el picor en tu cerebro, no sólo a sentir una lágrima que, por primera vez, no sea de pena, tu reflejo en una bandeja de plata, deformado, carcomido, no recuerdas la cara que se presenta como tuya.
Ves el mal tal y como es, ves el continuo dolor de la tierra, no puedes más, que pensar en un final, sabes perfectamente que el final está en el camino, enciendes el tercer cigarro del día, lo ves consumirse, como si de tu propia alma se tratara, como si el humo representara lo que se queda y lo que se va, cada calada es asimilada, cada calada nos hace menos humanos, nos hace expulsar una pequeña parte de nuestra alma, que jamás volverá, cada calada nos recuerda el agujero inllenable, agujero negro, como la distancia entre dos galaxias, cada día más infranqueable que el anterior, cada día más lejos, pierdes el tiempo periódicamente, sabes que cada día será más difícil llenarlo, sabes que cada cosa que haces te hace más, estar más lejos de lo que los locos llaman cordura, sabes que has encontrado un equilibrio de odio y tristeza insalvables, sabes que todo esto no es más que una justificación, no quieres ayuda, orgullo, no la necesitas <mentira>, cada vez más consumido, como el cigarro que aún siendo colilla, necesitas volver a sentir. Soy chusta, soy humo sucio, soy nicotina, soy adicción, soy caos, soy intento de orden, soy dolor y soy más de lo que nada podré expresar escribiendo, soy más que un mero desequilibrado que busca equilibrio, sé que no lo voy a encontrar, soy  culpa, en un intento de autocompasión, soy ira y soy débil, no soy más que una caricatura de mí mismo. 


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